domingo, 16 de diciembre de 2012

Regresando... y agradeciendo...


Luego de recorrer durante tres meses las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y parte de Paraguay; el tiempo de seguir recorriendo escuelas rurales y comunidades indígenas llego a su fin: Había que regresar...  Yo (Gustavo) debía estar en Villa la Angostura unos días antes que Marta.  Ella, siguiendo la intuición de su corazón,  optó por pasar los últimos días de su licencia en Buenos Aires con su familia.

 Fuimos juntos en el Dunita hasta Trenque Lauquen donde Marta tomo un micro hacia Retiro, de ahí en adelante podemos decir que comenzó mi regreso!! Lo primero que sentí fue que Marta ya no estaba físicamente junto a mi. Luego de tanto tiempo compartiendo juntos tantas experiencias, fue muy fuerte sentir que estábamos culminando el viaje por separado.

 Cuando uno viaja tanto tiempo y experimenta tantas cosas, se hace difícil pensar en que dicho viaje tendrá un fin, yo prefiero pensarlo mas bien como una pausa hasta la siguiente oportunidad de emprender otro. Pero lo cierto es que durante el regreso pasan por la cabeza, pero sobre todo por el corazón, el sin número de cosas vividas, como un tornado que remueve muchos sentimientos, emociones y tantas cosas profundas.

 Otra cosa muy linda que se vive en este tipo de viajes es que uno se mueve mas lento, se hacen pocos km por día, se para mucho, uno se deja guiar por lo que siente. Si veíamos por ejemplo, un cartelito de “Hogar de niños", o "Escuela”, sin dudarlo tomábamos ese camino sin medir demasiado cuanto tiempo demandaría aquella elección. Sabíamos que la experiencia era mas importante que los km. Conocimos mucha gente, muchas realidades, hicimos muchos amigos; prácticamente no teníamos rutinas, mas bien nos dejábamos fluir y así se iba dando todo “mágicamente”... de la mejor manera.

 El regreso es como que no solo pone un fin al viaje, sino mas bien a un modo de vivir completamente distinto al habitual, donde prácticamente no hay planes o mejor dicho, el plan es no planear demasiado y sentir mas. Es como dejar que el corazón organice y la cabeza acompañe. Y entonces el regreso, es como decirle al corazón que ya no será el organizador, como decirle que de ahora en adelante la mente tomará el mando nuevamente y que deberá pasar a un segundo plano. Y esto generó en mi como un nudo, un miedo, una intranquilidad, un temor a que la rutina borre de un plumazo toda la magia de viajar, de sentir, de fluir. Por eso me tomó dos noches y tres días poder llegar de nuevo a casa. Todo el regreso fue muy emotivo, lleno de sentimientos, sensaciones, todas muy movilizantes.

 De Trenque Lauquen me fui hasta Lihuel Calel, allí entre al Parque Nacional e hice noche, continué viaje recién al medio día siguiente. Montones de veces pasamos frente a el y por no “perder tiempo” no entrabamos a conocerlo. Estaba decidido a que este regreso no perdiera corazón, no fuese acelerado sino que continuara como había sido el resto del viaje. Luego pare un rato en Dique Casa de Piedra y recorrí el pueblo, después seguí viaje, cruce Neuquen capital y pare a dormir en Villa el Chocón.

 Al día siguiente y antes de llegar a Piedra del Águila, llamé por tel a Eri,un mecánico con el que entablamos una amistad luego de que auxiliara al Dunita en viajes anteriores. Pasé por su taller y me invito a comer a su casa, con su familia. Me ofreció su baño para una ducha y me trato como si fuese de la familia. El regreso mantenía la magia de todo el viaje. Luego de comer partí hacia Villa, pero al llegar a Confluencia me detuve nuevamente a hacerme unos mates y terminar un libro que veníamos leyendo. Es como si el final del libro se sincronizara con el final del viaje.

 Muy lentamente fui llegando a Villa para contemplar el atardecer al arribar, de nuevo, es como si la caída del sol representara también la culminación del viaje, lo lindo es que el sol volverá a salir, dando la esperanza de recomenzar otro viaje aunque halla que esperar muchos amaneceres aún.

 Ahora que ya pasaron un par de días  me sigo sintiendo extraño, raro, con cierta angustia, como si el corazón reclamara el lugar que le corresponde, el que pudo ocupar por tres largos meses y que siente que está perdiendo con el pasar de los días...

                              



Como siempre, si uno se deja guiar por la intuición y el corazón, las cosas fluyen y se dan mágicamente,  así fueron los días en Buenos Aires para mí ( Marta ). La visita sorpresiva  a
mi familia fue la mejor decisión que podría haber tomado...por muchas razones que el
corazón sabía, supo comunicármelo y yo supe escucharlo.

Luego de un viaje así uno pierde la noción del tiempo y del espacio, todavía no sabía como
iba a ser el impacto del regreso en mí, ya que ese paso por Bs. As. todavía no lograba
conectarme con ninguna de las rutinas que tenía antes de irme...(hacía como 3 meses),
todavía flotaba en libertad...je je.  
Me fuí de Bs As colmada de alegría y del amor de mi familia, con la que compartí
hermosos y  fuertes momentos, como así también mis sentimientos y experiencias del
viaje.
Fue como llenarme de energía y fuerzas para retornar a casa y a todo lo que ello implicaba...

La llegada a Villa y el encuentro con Gus fueron muy fuertes, no por el paisaje ni por el frío que hacía ( después de los 40 grados del norte llegué con casi 8 grados ...increíble el cambio) si no por las diferentes sensaciones que experimenté. Una mezcla de alegría con angustia, de miedo e incertidumbre, algo que uno no puede explicar con palabras, sólo se puede sentir... pero como resumen, sería como bien dijo Gus más arriba, el corazón ya no iba a ser tan protagonista a partir de  ahora... o sí!!! pero ese era un gran desafío que todavía no estaba preparada para afrontar... iba a ser difícil... pero con el tiempo no imposible.

Con el paso de los días y la vuelta a la rutina (el trabajo, los horarios, las cosas que
hay que pagar, la casa, la comida ...) todo es distinto, por supuesto... pero creemos
que con todo lo que aprendimos y experimentamos,  la Vida para nosotros  tiene otra
"magia" ahora, el desafío es aprender a descubrir esa "Magia" en cada acto diario,
en cada encuentro con el otro, en cada comida, en cada día de trabajo, en cada
lugar en el que uno esté...Y no olvidarse que a pesar de que la mente está organizando,
el corazón también está hablando.... a escucharlo!!!! 

Gracias a todos los que nos ayudaron a hacer posible esta experiencia, a esos ángeles que aparecieron todo el tiempo en nuestro camino para guiarnos, que nos protegieron cada día y a esos otros seres que tenían y tienen en su interior tanto amor para dar y que pusieron los recursos  en " nuestras manos" para que seamos simples transmisores.

Y no podemos dejar de agradecer al Universo, a Dios por poner en nuestro camino a tantos niños hermosos, a tantas personas amorosas de las que aprendimos que lo único que vale la pena en esta Vida, es el Amor, la fuerza mas poderosa sobre la tierra, y que al compartirlo sin distinción
de lenguas, credos, fronteras y culturas, nos hace experimentar la Felicidad plena y la
Libertad en nuestra alma.

Marta y Gustavo, Diciembre de 2012

PD: No podemos dar por cerrado el blog sin antes agradecer a nuestro compañero de  rutas, nuestro fiel Dunita, quien nos permitió sortear obstáculos, kilómetros, ademas de hospedarnos en su interior.







2 comentarios:

  1. me encantó !!!! que enriquecedora experiencia han vivido !
    he aprendido con el tiempo que lo mejor de los viajes no son las fotos ni los paisajes, sino las personas que fui conociendo en el camino.
    sin desmerecer, por cierto, los bellos paisajes que nos ofrece nuestro pais y todo nuestro continente.
    jamás dejen de soñar con estos tipos de viajes que tanto bien hacen al alma,
    ELBA

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  2. Queridos Gustavo y Marta, que lindo que ya estan en viaje de nuevo. Y sobre todo por lo que están haciendo. Si alguien quiere ayudarlos como hace para contactarlos, pues no veo aquí los datos de contacto. O no los encuentro ...los pueden poner así si alguien entra y quiere ayudar puede contactarlos. besos para los dos de nosotros 6. Un abrazo. Silvio (Los Rodando Ando)

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